sábado, 10 de marzo de 2018

Ya tengo  la libretita rebalsando de momentos,
y las direcciones casi agotadas.
 Estoy volviendo 
a buscar  los incendios lejanos que veía mientras
caminábamos ensimismados en vos y en tus cosas.
La admiración y la retención de información.
Ahora no estás al mando pero sigo
subordinando las constelaciones que estallan.
Lo hermoso es que congelé todo lo lindo para relamer ahora,
lo demás se esfumó en algún desayuno cuando pronunciaste
el veneno del pase màgico directo a la herida. Pero disimulé el golpe.
Pero rayaste algo en mi .todavía oigo el ruido; ¿vos no? fue como el sonar de alguna  chicharra. Taladra. Sos taladrante pero las vibraciones que vas dejando me dan calma.
y recuerdo el sabor de las sábanas y el primer falso frío; que nos abrazamos;
que te abracé; que me asusté de querer y me levanté.

por órdenes cósmicas ya ni me acuerdo tus gestos, sólo la frase
que define todo.
Y a través de las galaxias relajo en insomnio, nado en sonrisas  y me asfixio en libros.

Y sigo mirando los costados de todos los caminos.

Dejà de extraviarte.
Te puedo chocar.

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