Y se convierte en espectàculo
los verbos confundidos
y los sustantivos perdidos.
Saltarines, los adjetivos intensos
que juegan a romperse pretendiendo
lucir disimulo para los otros que son
bastante inexistentes.
y tantas palabras
que escribo
para saber cómo estás y al
final estallan
para que no las leas.
Un despojo torpe, de narraciones en
sodomía continuada.
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