Cuando transitaba la adolescencia y ya lloraba por un alguien que jamàs gustarìa de mi, oì en las noticias algo que fue loquìsimo. Tenìa 13 años y veìa en los noticieros las cartas de un llamado amor de verdad, como el que en ese momento soñaba, con toda inocencia y chatura de pueblo. La imagen de una chica sonriendo, con dos trenzas, aproximándose hacia quien la retrataba. Un amor que la abrazaba, que la celaba porque eso era lo tìpico; ella se iba de viaje de egresados y èl tenìa miedo de una infidelidad. Querìa hijos, asì se quedaba tranquilo que lo que ella le decìa era cierto. Y ella dijo NO. Y yo flashè. ¿Pero si èl la querìa?!!! Y me acuerdo que mi mamà me dijo que era un asesino, que no le iba a importar si tenìa o no los hijos. Y la asociación inmediata quebrò todo en mi. Un amor que por un no de ella se convirtiò en 113 puñaladas. 113 todas las noches, todo el dìa, todo el tiempo. 113 puñaladas. Y la imaginaba con terror y desconcierto. 113 cambiando de cuchillo. Cuando sufro o pienso en todo el mal del mundo, siempre me acuerdo de ese momento: 113 puñaladas. Con toda mi inocencia y poco conocimiento pueblerino agradezco la hermosa biblioteca de lo que era la ex corcemar y algunos genes familiares (supongo que para el resto los peores) que se juntaron todes y despertaron con esa alarma:113. Leì sobre los quereres. Entendì entonces que una tìa abuela habìa abortado, que muchas veces los cuernos no son cuernos, y los celos y las peleas no es algo para medir cuànto te aman, sino una forma de dominaciòn.Un objeto. Supe lo que era, un poco, y a mi modo, el deseo, el miedo, la construcciòn a travès de un otro al lado, como si una no fuera suficiente.La masturbaciòn, la cuerpa. Comprendì que esas 113 puñaladas eran y son la representación de lo que ellos llaman amor; desde ese momento siempre cuento todo y expongo el sufrimiento impuesto cuando alguien te rechaza o como quiera manifestarse esa situaciòn. Me hago cargo si la pifio o si no. Me gusta hablar de los sentimientos. No me da vergüenza decirle a alguien cuànto lo amè o cuànta importancia era en mi porque hay tanto odio sobre nosotrxs; pero me da terror saber de lo que son capaces ciertas personas en nombre del romanticismo y de sostenerlo.La hipocresía. El maquillaje social. El amor es una mentira. Quererse es revolucionario. A Carolina Alò le costò 113 puñaladas, y su asesino, en nombre de los evangelios y de la justicia, puede quedar en libertad, incluso con el descaro de manifestar querer vivir en una isla de Tigre y que se olviden de èl. A vos te odiamos Fabiàn, te odio porque el sistema te apaña y los fachos te aplauden y la iglesia te absuelve. A ella la tuve siempre presente, incluso soñaba y pensaba "un cuchillo metièndose en el cuerpo y romperse". Tus 113 puñaladas son cicatrices convertidas en lucha. Asì como fuiste un quiebre en mi, lo seràs para màs personas. En eso estamos Caro, siempre expuestas, ahora demasiado mediatizado todo, pero ya se pasarà. Mientras tanto seguimos transitando la vida bajo la tutela del patriarcado. Y en tu nombre y en el de muchas màs, nos emancipamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario