es alucinante el efecto del agua junto al vidrio y al fuego y toda esa conjunción untada con helado. Ajà, respondiste. Respondió ido, con su atención en parafilias distópicas pero que día a día a fuerza de distancias diversas, fui la única que las traducía y las revertía siendo el resultado un enamoramiento desrazonado. Entendió que así el tiempo siempre era en pasado.
Y bailamos sin ropas
mientras las flores secas
eran nuestros perfiles
en las sillas del salón.
encerrados sin saber dónde
se estaba, sin dejar de mirarnos,
avergonzados, sin saber del otro
y quererle sólo escribiendo
entre suspiros vulgares.
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