Resbaladizos absorben con
hongos cascabeles
y se envuelven en
canciones de radiohead
para alcanzar las insistencias
del desencanto.
Histérica de
desparramar la sangre,
ella bonita te espera
hecha pedazos
con libros en la mano
izquierda, ocultando la
derecha enfermiza que
sostiene el cuchillo
que pide amarte.
La mitad de las heridas
acusan a tu ignorancia,
los gritos retenidos
apuntan a la mañana eterna
que sacaste fiada.
Podría dirigir a las montañas
rocosas para que los cactus
aparezcan adornando el
patio aburrido de colores,
de flores engrupidas y arcos iris
que seducen con sus ollas de oros
y gnomos con mágicas pociones.
Podría hablarle al mar para
que se encargue de alimentar
una fuente en el medio
de la habitación.
A las nubes, sólo que me lleven
a pasear por subterráneos inimaginables. al
sol que caliente las sábanas en el invierno
para evitar resfriarme o para echarte de menos.
Eso es una enfermedad melodiosa. ¡Tantas cosas
puedo hacer!¡ Pero no tenerte!
La pereza agita las letras que
compulsivas se maquillan
con brillos ásperos.
Porque saben las atorrantas
que cuando los días te aplasten
vendrás un ratito, con el cuerpo
cansado y en muy mal
estado. Pero serás verdadero.
Y cuando te vayas estarás incompleto:
ellas, de a poco y con disimulo,
te habrán comido.
La estúpida casualidad y
la hijadeputa causalidad
la dejaron huérfana de
encantos. Todo por tu culpa.
PIENSO PERO NO EXISTO, PORQUE SOY UNA PALABRA QUE NADIE NOMBRA.
Cuando se alargan las vocales
hay fiesta en el bosque, el correo
postal vuelve a funcionar y
puedo oler el perfume de
tu respiro, tus exhalaciones,
tus notas musicales que se
ocultan en la estampilla.
Pasando la perfección el
puente se rompe porque ella
con maldad lo dinamita. Olvida
que tengo piernas para correr. ella
olvida todo, pero vos no. Sin embargo
lo único que conservo son las cartas
que vomitan incertidumbres y
promesas olvidadas.
Si me arrepiento no me
arrepiento de arrepentirme, pero
me arrepiento de no arrepentirme antes
o de dudar si tenía que arrepentirme o si era
necesario mostrarte todos mis arrepentimientos.
Cuando el tiempo no es claro o no existe
o no se presenta o corre o directamente huye
quizás se arrepiente de no ayudarme a
arrepentirme. Pero cuando decidí arrepentirme,
los arrepentimientos se volvieron sordos, entonces
no sé si estoy arrepentida o tengo arrepentimientos
acumulándose. Y dudo si tengo que arrepentirme.
Soy una duda arrepentida o a punto de arrepentirse
sin saber si ya se arrepintió o está en proceso de
disipar los arrepentimientos.
Es el momento en que odio haberte conocido
porque la lejanía, única culpable de todo,
no se arrepiente de existir.
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