Porque tengo las violetas
renegadas de cuentos
insoportables. Con el
cuelgue de paseo aspiro
los capacidades que enseñan a
molestar con sus brazos
ramificados de ensueños
con gusto a humedad de
llovizna. Muestra las desgracias
arrebatadas sin importancias.
Me da sueño. mucho.
Se manifiestan las perspectivas
controladas por decisiones
mínimas que golpean sarcástica
las nebulosas espaciales
abusándose del
cerebro debilitado por las
frecuencias del exterior;
falsean descompuesta
debates con nombres
pomposos, de etiqueta,
mientras extrañadas las
neuronas por la emotiva
excitación , gritan histéricas
y todo se vuelve
susceptibilidades reventadas.
Sencilla la exigencia de la boca
que retoza por las flores
desprendidas de abrigo.
Transparente todas nuestras
tragedias profundas , eternizadas
en la naturaleza psicópata que se
impone enajenada de reacciones
sencillas. Cae de rodillas la perversión
conformistas de dulces vencidos.
Estalla la responsabilidad y te
impregno de purpurina.
Incapacitada de visión,
esforzando al corazón
que hace malabares
frente a los semáforos
a cambio de un deseo
pleno de apariencia,
escupo parásitos indefensos:
millones de ellos. Todos sonríen.
Fugaz el abandono , engendrando
imposiciones burocráticas, vuela,
permaneciendo en los disimulos
relativos de mejillas sonrojadas.
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