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Conectadas las energías a través de los besos que se ansiaban vergonzosos mientras el frío del Círculo Polar se trasladaba al lado de la estufa, donde el saludo era obligado y donde el roce de los miedos nos dejaban las palabras sin ropas. Ahora la puerta derrama lágrimas porque tu entrada será la última y porque los labios quedaron destruidos por la ansiedad de la despedida. Una vez fue culpa de la inocencia, otra por... mejor no acordarse, pero ahora es por el absurdo de reprimir lo que se quiere no sentir y que nace sin pedirnos permiso. Siempre te odié río, pero ahora no puedo acusarte porque no tenés nada que ver; eso hace que todo retorne desde las nubes que se crearon por las flores ausentes ya de bibliotecas, de libros, de abrazos y de esperas llorosas.
Dentro de una hora el beso que caerá convicto en mis labios será el último, te evaporarás a pesar de estar cerca, conviviendo con tus desatenciones, con tus inseguridades, con tu no confianza. Te vas a ir porque sí, y entonces el árbol no custodiará por las noches la bicicleta que tantas sonrisas arrancó y tantas ilusiones creó. De seguro el arrepentimiento me abrigará durante el día y las noches ya no serán  nuestras; es cuando me acuerdo que por amor  "Tuve que morir para que el río crezca y baje, para que las mujeres menstrúen y se calmen, para que los pescadores se guíen y para que el mundo te parezca a veces abrumador. También para que disfrutes noches hermosas. Principalmente por eso morí, como te quiero tanto me suicidé para que tengas noches hermosas y allá, en algún lugar cósmico, con mucho dolor, parí a la luna".

sin abrazos

silenciando el ámbar de las hojas espesas que cuidan de la biblioteca
para que no se sigan suicidando las frases dichas con consecuencias
espantosas  que se materializan en pesadillas y sueños obligados a
derrumbar la confianza de las flores que destrozan la mirada de
la magia saltarina vestida de flamenca. y tu ausencia paseandera no anunciada
por las cartas de tarot carcome la puerta de entrada que se niega
a transportar sonrisas de desprecios ciegos.
ahora, entre la desesperación por olvidar lo que se vestía de no se
sabe quién, permite chorreando hipocresía que el Eros siga  descansando
 debajo de la cama sacándome las frazadas.

):

Sostener las lágrimas que abren la cara a su paso galante de distancia;
ampliar los espectros nocturnos dentro de la cama con  tu no llegada;
imaginar el holograma de tus besos raspando la cintura temblorosa;
despreciar los halagos que saltan obligados desde tus dedos roídos;
esperar reacciones que te mortifiquen así como a la flor del patio;
aspirar las sábanas que aún conservan el olor de tu cuerpo impregnado
                                                         con violencia de apetito cósmico y casi sensorial;
seguir escribiendo los muebles, cada vez que los libros te nombran sin quererlo,
cada vez que una palabra encierra tus nombres, cada vez que describen pasillos
de hospital faunístico; y seguir rayando muebles, cada vez que desayunas a mi lado.

triste

Saber que disfrutas el sabor de la noche húmeda
lejos de mis árboles en crecimiento y que aspiras
las palabras que corrompes mediantes coimas
amorosas para darme silencios obturados por miedos
de bambúes expuestos al viento; saber sólo por
percepción, causalidades y continuidad de una
desgracia solar en las manos que raspan al tocarte
haciendo que tus sentimientos se oculten en el morral
itinerante de huidas que se relatan solas. Saber sin saber,
saber confiando en un instinto que no se tiene, saber
que los libros se reproducen en los muebles y que
preguntes qué significa lo que alguna vez dio origen
a un amor que aún sigue eterno...(estoy decepcionada)

En Círculos Escurridizos

Sentí tus pedaleadas sobre la nuca trasnochada
de pesadillas chocolatadas; la sensación de nombrar
las cosas sin nombres y que aparezcan enredándonos.
Acostumbrados a mirar en la música las palabras que
se convierten en burbujas pop, decidimos hachar la diagonal
que hace el camino más corto. Evitando el encuentro de
yosotros es que asesinamos las posibilidades cósmicas
de embellecer a  las flores que se rehúsan a mimarnos.
Somos una nada que se vuelve  café fuerte de desayuno.

pou

Te lamo el cuerpo que suda catatonias alegres de vernos
agitar el suelo chorreado de sangre atemporal.Comemos
frutillas azucaradas para quitar el dolor de saber que la
tierra fue desapareciendo de nuestro alrededor. Los libros
rayados quieren hablar exponiendo sus páginas escritas por
palabras que se llevan años entre sí.Y aunque todo aburre y
cansa rápido, inventamos formas de escaparnos viéndonos
más seguido en las antenas del caracol en plena transformación.