Firme con la brisa que se entierra en los codos sangrados de palabras
aturdidas por el espasmo del árbol ante el flash de la fotografía.
Casual, andaba la bicicleta en el galpón mientras los colores se
agrupaban por estatura y las acuarelas se espesaban en rebeldía.
De nuevo el cansancio inflama los sueños que se tropiezan en
festejos sordos y deseos anudados y un poco espolvoreados con
turnos de calor invernal.
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