lunes, 16 de enero de 2017

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Cuando escucho un ruido similar a madera correteada por ratones
se que es el momento oportuno para desangrar la palma de mi mano
que se siente atravesada por una daga como la que usaba Raphael de la tortugas ninjas.

Es, el ruido perfecto para escurrir de sangre las palabras que quieren contarte
los sucesos veraniegos;  por ejemplo, esas partes de las constelaciones que vienen cada
tanto a dormir bajo la mesada porque es el lugar màs fresquito de la casa.

El ojo escucha màs que el oído y el pago por tal osadìa son unas ojeras lineales,
como bolsas, pero alargadas y en base doble. Maquillaje natural por pensar.

Las plantas son sòlo tallos con algunas hojas, lo demàs, el resto, lo que estaba naciendo,
fue alimento para las hormigas que salen a pasear debido a la humedad.

Mientras tanto, la mano se pone gordita, porque se llena de amor
que no escupirà pero que sì repartirà en las venas; hinchàndolas y
haciendòse sentir fuerte-fuerte cada vez que la circulaciòn cumpla su ciclo.

Asì, o algo similar, como las figuritas de manuales describiendo
el proceso del agua y sus diferentes estados. Las frases van
inundando el patio de abortos palabreros y de sonrisas barrileteadas.
Todo lo que parece mugre, podredumbre o basura no es de preocupación alguna.
 Tu indiferencia
las absorbe, permitiendo que el ciclo de la palma lastimada comience.

Eso pasa porque siempre fuiste bueno para el trabajo sucio.

gracias.

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