La primera, la segunda o no se ya cuàl excusa se presentaba como frase repetida; algo similar al "podès agarrarlo y probar,eh" " cualquier cosita me decìs" y el fatal "levantà sin compromiso". Las excusas de las emociones estaban asì, tediosas, con ganas de mirarlas mal. Estaban como si fueran un producto barato y sin precio. La incomodidad de preguntar por algo que ni siquiera te vas a llevar. Se comportaban desquiciadas, realizando clavados en una pileta vacìa, saltando los techos de las casillas, rapeando sin rimar. Densas.
Densas las emociones. Porque no logran vestirse bien, se malhumoran y se la agarran conmigo. Me hablan perforando los sueños y te describen de una manera que jamàs lo hubiera pensado posible.
Ahora tengo que huir de todos los sitios por donde sepa que estès. Ellas te desquisieron del todo porque no sòlo se agotaron de llorar, sino que ahora las emociones de ciertas qualunques empezaron a fijarse en vos.
Y ya basta.
Desgraciadas tus emociones. Pero hasta que no pueda burlarme de ellas las mìas seguiràn tensas. Con bruxismo. Generando pesadillas. Y no quiero estar asì.
Con este funeral a cuestas. Porque por màs que las emociones tuyas me den trompadas, me escupan, me patean en el corazòn, y se burlan ¡se burlan tanto como vos de mì! voy a seguir generando conclusiones y lamiendo el piso por donde pisaste.
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