miércoles, 23 de agosto de 2017

Cuando supe de la muerte de JL llorè doble.
No es que me gustara el actor ni las películas que hacìa.
Admiraba el momento de
saber que miraba con mi miopìa lo mismo que Andrès miraba con su miopìa.

En uno de sus artìculos sobre filmografìa, resalta la figura de JL.
Por horas mirè todas sus pelìculas tratando de entender què era lo que
tanto disfrutaba de esas tramas obsoletas.

(imagen:  barra con un https en verde: jerry lenwis peliculas español siuybtuilo )

Escribo sin mirar, no apurada pero sì en paz, sabiendo
que la inteligencia artificial contestarà con un :
quizás quisiste decir o en su defecto : se muestran resultado para...

Las pelìculas estaban en inglès. No importò. No importaba.No importa.

La muerte del còmico  fue como perder  un poco màs  a Andrès,
que muchas veces lo sueño charlàndome de  remakes  mientras Osvaldo
recita proclamas.
A veces entra Emma a los besos con Roberto ante una mirada celosa de
Virginia.
Tomamos vino y untamos hummus en pan semillado. Charlamos horas, durante toda
la noche.Tropiezo en sueños
y despierto con hambre y moretones.
Lamento esas ausencias fìsicas, pero me agradan en la volatilidad diaria y en el insomnio.



Entonces, tengo la certeza, que Andrès estarìa  lamentado la muerte. Por eso
tomè el atrevimiento de llorar làgrimas palpables por dos.

Y aunque me gustarìa que èl estuviera respirando
con su miopía y tartamudez seseada
 creo que empezò a vivir despuès de suicidarse.
Sobre todo en mis sueños
_le amo tanto_
_pero tanto_

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