las dudas que jamàs tuve
se suicidaron en el tercer latido
de la palabra tiempo.
entre paredes que te esperan, àrboles que miman,
cielos espejos, gòndolas con ofertas
que nadie necesita, y entre
los lamentos sòlidos de
tu pasado,
pido perdones a los colores
que usè para dejarte una nota.
pero la quemè.
el papel se volarìa en el pasillo.
quizàs el gato la harìa añicos
y luego la vomitarìa.
se empacharìa de letras
que temblaron porque
querìan estar màs presentables
cuando tus manos sostuvieran el papel
arrugado.
no tenès ganas de verme
por eso dejè de ir a lugares
que me gustarìa degustar.
para ahorrarte disgustos monocordes,
exigencias a tu amabilidad y
todo eso que nos genera saludos vacìos
y a mi me devuelve a la noche donde el
llanto atorado
todavìa anda
salpicando la ventanilla del taxi.
pero anoche te soñè
en el momento que decidìa
no sacarme la foto que tanto
querìas.
estamos siendo probetas
de nuestros fracasos.
un deleite.
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