jueves, 30 de noviembre de 2017

se construye la espera con cimientos de sangre que emana de una flor naranja
mientras el àrbol se ve coqueto, esperando la muerte por asfixia, a causa de los
brazos de la enredadera lenta. el saludo constante de sus hojas,la tibieza de la sombra
que sana las yemas de los dedos del pie mientras el tobillo sigue  hinchado de cuentos.
 mis ojos, tus labios, mi no sonrisa en eterna tristeza, tus gestos de demencia anunciada.

es el sufrimiento del viento que ya no sabe cuál velocidad ser.
la manta ondulando en el  oceàno de tréboles sacude las piernas; espasmos en las manos.
hay un algo que chirría desde la madera. lo volàtil de tus caricias  raspando el cuello;
lija tus palabras que infectan el oìdo dèbil de infancia. logràs que resurgan los
 movimientos torpes; y cansado el cuerpo,se tumba a un lado, dejando el alerta sin anunciarse.


hay tres lunas sonándose la nariz con tules de galaxias prenatales.
un par de lombrices charlando de avances con dos cangrejos viejos.
y un libro sin señalador junto a la taza de tè. la humedad de tu lengua ya es suave escarcha.
 elegìs estar ahì, conmigo, sabiendo que la hiedra te adosarà y sacarà tu respiraciòn.
es un ensueño,creès que  la docilidad serà un buen alimento para las palabras que nos abusaron.
pero no. ya intuyo que seremos otra espera  a voluntad de terceros para ser quemada.
lo sè, porque no hay buganvilla ni pasionaria. sòlo hiedra con dientes.

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