Ella pidió un cuento para distraerse de las cosas cotidianas que lastiman de forma injusta; pero dio con la persona equivocada. Qué describir en verdad si lo absurdo del dolor se impone de forma constante oliendo a días de cansancio de manera intermitente.
Quizás ellas están apuñalando al odio concentrado en el apretar de los dientes cuando los sueños morbosos aparecen para sudar el cuerpo descontrolado, a los dolores de cabeza con gusto a injusticia y al malestar en los pulmones donde muchas jirafas estiran el cuello para salir a través de la respiración para también probar el té y sus variedades.
(Ella le pidió un cuento y la otra dijo sí.)
A lo mejor ellas, como si estuvieran prediciendo la tristeza a cuesta que tendrían que tolerar por las personas de alrededor, con sus artillerías de punzantes palabras y actitudes vomitables, sonreían en demasía de pequeñas.
(Ella le pidió un cuento y la otra se bloqueó.)
Seguramente ellas necesitan esconder un vuelo en la espalda del elefante sombrero, hablar de cosas prácticas para espantar el juego sin gracia de los demás. Y que todo avance, que las preocupaciones por sanar sea compensando por un viaje de vientos, por sales dormidas por el tiempo,por mares donde la angustia se vaya navegando, por petunias para guardar en páginas de libros, por abrazos que no siempre serán sinceros pero contenedores.
(Ella le pidió un cuento y la otra no podía escribir.)
Por ahí ellas guardaron los no recuerdos en los pestañeos que escudan la miopía porque aún tienen la infancia en un presente continuo: los paseos en bicicleta, el olor a la cal, el ruido de los obreros trabajando, el campamento, los chapuzones en los charcos, los dibujitos animados, los cumpleaños que se festejaban con escondidas, rayuelas y títeres...
(Ella le pidió un cuento y la otra temió que se haga realidad)
PD: No hubo cuento pero sí esta disculpa.
PD2: No hubo cuento pero sí un revoltijo de pensamientos.
PD3: Ella no tuvo su cuento y la otra tuvo un presentimiento.
miércoles, 22 de mayo de 2013
jueves, 16 de mayo de 2013
Apuro
En la corrida ansiosa de despertarte sin querer
administrar las manos, tropezaste con mis piernas
y volaste hasta el arco iris metálico de fechas escritas
en el espacio del segundero del despertador.
Amaste rápido el libro y huiste sin ganas por
los párrafos marcados.
Volvé. Un segundo nada más.
Pedaleá.
Y caete.
administrar las manos, tropezaste con mis piernas
y volaste hasta el arco iris metálico de fechas escritas
en el espacio del segundero del despertador.
Amaste rápido el libro y huiste sin ganas por
los párrafos marcados.
Volvé. Un segundo nada más.
Pedaleá.
Y caete.
miércoles, 15 de mayo de 2013
Amoricidio
Reflejaba el sin tiempo corazón la espera adornada de caminos
cruzados por palabras aladas que se volaban al primer suspiro; y no
pestañeaba por su cansancio guerrero de querer cubrir a las excusas que
se exponían tan evidente ante el laberinto de favores.
Sin gestos, sin razones, sin nada más que una nulidad mental, decidió sin saberlo callar el llanto que tanto le molestaba para mover los brazos y extenderlos hasta el cuello del árbol que estaba recostado en el sofá con el café ya frío.
Hubo movimientos sin destrezas porque el miedo rondaba convertido en distancia tan contento porque no se unan, festejando la separación, sin darse por enterado que igual seguirían queriéndose sin poder decirlo.El miedo amarró la verdad y no dejó que el amor nade en las hojas librescas.
Pero ella, ojitos de corazón,amanta del amoricidio igual olía la madera del ser inerte, lo poseía descascarándolo con los pies, sacándole la humedad, expropiándolo para su patio desprolijo. Lo escupió, lo besó, le lloró, incluso le rogó que le despojara los besos golosinas que eran suyos.
Afuera, en el exterior de ese otro mundo de cosas que se deseaban, el clima se alborotaba, la lluvia nacía, el sol no aparecía porque aún estaba con resaca, la Luna nada quería saber y el cielo que prefirió fusionarse con la gran sombra del Universo.
Entonces estaban ellos, en el sofá, encerrados en la tentación aterradora de fracasar en la despedida ¿la hubo en verdad?.
Sin gestos, sin razones, sin nada más que una nulidad mental, decidió sin saberlo callar el llanto que tanto le molestaba para mover los brazos y extenderlos hasta el cuello del árbol que estaba recostado en el sofá con el café ya frío.
Hubo movimientos sin destrezas porque el miedo rondaba convertido en distancia tan contento porque no se unan, festejando la separación, sin darse por enterado que igual seguirían queriéndose sin poder decirlo.El miedo amarró la verdad y no dejó que el amor nade en las hojas librescas.
Pero ella, ojitos de corazón,amanta del amoricidio igual olía la madera del ser inerte, lo poseía descascarándolo con los pies, sacándole la humedad, expropiándolo para su patio desprolijo. Lo escupió, lo besó, le lloró, incluso le rogó que le despojara los besos golosinas que eran suyos.
Afuera, en el exterior de ese otro mundo de cosas que se deseaban, el clima se alborotaba, la lluvia nacía, el sol no aparecía porque aún estaba con resaca, la Luna nada quería saber y el cielo que prefirió fusionarse con la gran sombra del Universo.
Entonces estaban ellos, en el sofá, encerrados en la tentación aterradora de fracasar en la despedida ¿la hubo en verdad?.
martes, 14 de mayo de 2013
Fuiste- No
No escuches por favor lo que el silencio
te está diciendo a través de la ducha mal instalada,
no cantes más esa canción que tarareabas
cuando terminabas de hacer el amor
como lo hacen las arañas de casa.
No intentes cocinar lo que de mis
manos nacían porque te falta
sinceridad; y por supuesto no viajes
con el miedo y las excusas porque
el vacío de la cabeza no lo entenderá.
No huyas de nuevo por el laberinto
incendiado de corazones estancados,
no corras por la diagonal porque
está cortada con los abrazos de jirafas
que espían y avisan por dónde estás
perdido en este momento.
Fuiste una palabra ausente,
un ladrido simbólico,
un cariño despreocupado.
te está diciendo a través de la ducha mal instalada,
no cantes más esa canción que tarareabas
cuando terminabas de hacer el amor
como lo hacen las arañas de casa.
No intentes cocinar lo que de mis
manos nacían porque te falta
sinceridad; y por supuesto no viajes
con el miedo y las excusas porque
el vacío de la cabeza no lo entenderá.
No huyas de nuevo por el laberinto
incendiado de corazones estancados,
no corras por la diagonal porque
está cortada con los abrazos de jirafas
que espían y avisan por dónde estás
perdido en este momento.
Fuiste una palabra ausente,
un ladrido simbólico,
un cariño despreocupado.
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