casi todas las tardes tengo hielo, agua fresca y limòn,
y lamo flores, hojas y afiches.
rìo poco para las fotos, no me gustan las fotos, si estoy de buen humor, sì.
me sacan fotos y me enojo, las borran. me voy.
pero tengo mucha habilidad para robar tus fotos.
las guardo.
las pego en el cuadernito que hice sòlo para vos.
de vez en cuando me arrepiento y lo prendo fuego,
hacièndome la superada.
al tiempito vuelvo a empezar otro.
porque antes de destruir guardo evidencia en formato polaroid.
gasto en vos. mis papeles fotogràficos en vos.
pero en verdad, mi psicòlogo imaginario dijo que en verdad gastaba en mi.
descubrì que me hago bien haciendo momento al tiempo.
destruirlo,
manipularlo.
disfrutarlo.
y quedar agotada,
porque pensar cansa.
da fatiga,
contractura,
dolor de cuello...
y siesteo fuerte.
tanto, tanto
que sueño en dorado.
jueves, 29 de diciembre de 2016
miércoles, 28 de diciembre de 2016
-
Dos dìas: Cinco horas de sueño.
Casi veinte en tren, colectivos y subte.
Otras tantas caminando.
Dos noches raras.
Las ausencias del pasado retomando el diàlogo
y vos ausente en palabras. En todo. Pero no en las demàs personas que me cuentan como si me importaras. Como sino tuviera otra cosa de què hablar.
Estoy ocupada buscando alquiler, digo, para evadir la incomodidad de aceptar que te burlàs de mi; entonces
dejo que se vaya la mente y en
una diagonal que acorta calles, veo que la basura de alguien resulta reliquia y
trae el olor al verano y tardes con la abuela midièndome el cuerpo.
Ella con sus vestidos abotonados por adelante y con una cinta al tono cortando la cintura, està haciendo moldes, retàndome para que deje las tijeras, "las desafilàs" me dice. Y yo la miro sin decir nada, con los cachetes colorados. Sentada chinita, tocando las telas, eligiendo los colores. "la abuela se enojò" què dolor horrible era.
Me siento sobre el cordòn para estar màs còmoda y explorar las cajas llenas de cosas; pasa la gente que baja del ùltimo tren.
Miran. Y las miro.
Siento al pasar los diàlogos recortados. Me desespero por no encontrar a tiempo para anotarlos. Me piden fuego. Les regalo el encendedor.
Intentan devolvèrmelo.
Digo que no. Que siempre tengo dos.
Los ignoro y estornudo por culpa de los tilos.
Guardo en la mochila parte de alguien que no se quièn fue, pero que en 1946
hizo moldes en miniaturas que pegaba en un cuaderno. ¿Alguna vez mis cuadernos, anotaciones, libretitas y papeles donde escribo tendràn la misma situaciòn de calle?
Fue un flash darme cuenta de eso, todas mis cosas tienen que tener fecha. No es de nacimiento ni muerte.
Ese dìa: eso.
Lo mismo que con todo.
El miedo a la continuidad abandònica.
La traiciòn de las tintas y las palabras.
((((((Que sea momento.
Un combo que decidì llevar hasta la casa que ocupo por docencia.
Y ahora, mientras juego a vestir las nenas de papel con sus diversos vestiditos (tambièn de papel)
me doy cuenta el para què se alejan y el para què vuelven los diàlogos.
No tengo a nadie que perdonar.
las peores heridas me las hice yo.
Y tu abrazo, ese abrazo rogado ya evaporado, me despertò.
Casi veinte en tren, colectivos y subte.
Otras tantas caminando.
Dos noches raras.
Las ausencias del pasado retomando el diàlogo
y vos ausente en palabras. En todo. Pero no en las demàs personas que me cuentan como si me importaras. Como sino tuviera otra cosa de què hablar.
Estoy ocupada buscando alquiler, digo, para evadir la incomodidad de aceptar que te burlàs de mi; entonces
dejo que se vaya la mente y en
una diagonal que acorta calles, veo que la basura de alguien resulta reliquia y
trae el olor al verano y tardes con la abuela midièndome el cuerpo.
Ella con sus vestidos abotonados por adelante y con una cinta al tono cortando la cintura, està haciendo moldes, retàndome para que deje las tijeras, "las desafilàs" me dice. Y yo la miro sin decir nada, con los cachetes colorados. Sentada chinita, tocando las telas, eligiendo los colores. "la abuela se enojò" què dolor horrible era.
Me siento sobre el cordòn para estar màs còmoda y explorar las cajas llenas de cosas; pasa la gente que baja del ùltimo tren.
Miran. Y las miro.
Siento al pasar los diàlogos recortados. Me desespero por no encontrar a tiempo para anotarlos. Me piden fuego. Les regalo el encendedor.
Intentan devolvèrmelo.
Digo que no. Que siempre tengo dos.
Los ignoro y estornudo por culpa de los tilos.
Guardo en la mochila parte de alguien que no se quièn fue, pero que en 1946
hizo moldes en miniaturas que pegaba en un cuaderno. ¿Alguna vez mis cuadernos, anotaciones, libretitas y papeles donde escribo tendràn la misma situaciòn de calle?
Fue un flash darme cuenta de eso, todas mis cosas tienen que tener fecha. No es de nacimiento ni muerte.
Ese dìa: eso.
Lo mismo que con todo.
El miedo a la continuidad abandònica.
La traiciòn de las tintas y las palabras.
((((((Que sea momento.
Aunque algunos desearìa que fueran continuados. (y me acuerdo de la poesìa de Arenas que habla acerca de los deseos y demàs, me enredo un poco sin saber si me hacès bien o mal)))))))
Un combo que decidì llevar hasta la casa que ocupo por docencia.
Y ahora, mientras juego a vestir las nenas de papel con sus diversos vestiditos (tambièn de papel)
me doy cuenta el para què se alejan y el para què vuelven los diàlogos.
No tengo a nadie que perdonar.
las peores heridas me las hice yo.
Y tu abrazo, ese abrazo rogado ya evaporado, me despertò.
lunes, 26 de diciembre de 2016
--
Si vas allà yo voy para el otro lado,
aunque sea el mismo lugar.
No porque quiera, sino que tu energìa me desliza lejos del radio
en que caminàs.
Mejor, asì todo el tiempo es para los libros que
cada vez estàn mejores;
si hieren es porque quiero saber la forma y la manera
en que me dan el final. (lo digo de despechada, de cursi, de tonta)
Carguè el rollito a la càmara analògica y decidì que no
merecès saber de cosas guardadas, desde que me contaron manìas
de tu rutina. Quizàs no sean ciertas. o a lo mejor las soñè y las tomo como real. Què se yo.Soy influenciable.
Y adopto todo lo que haga nacer drama.
Me gusta llorar por pérdidas de cosas que ni siquiera tuve.
Sos cosa, sos un objeto, los libros son los ùnicos sujetos.
Aunque sos la cosita màs deseable.
A la noche,casi madrugada, me tapa la puesìa,
los diàlogos se pegan en el techo
como constelaciones.
Y me hablan, y me dicen que
nosotros somos poesìas rotas habitando desencuentros premeditados.
No nos necesitamos. Ya somos. Ya crecimos. No tenès idea de nada, Pienso en eso.
Y el corazòn se vuelve estòmago revuelto.
Lo dejaste empachado de emociòn.
aunque sea el mismo lugar.
No porque quiera, sino que tu energìa me desliza lejos del radio
en que caminàs.
Mejor, asì todo el tiempo es para los libros que
cada vez estàn mejores;
si hieren es porque quiero saber la forma y la manera
en que me dan el final. (lo digo de despechada, de cursi, de tonta)
Carguè el rollito a la càmara analògica y decidì que no
merecès saber de cosas guardadas, desde que me contaron manìas
de tu rutina. Quizàs no sean ciertas. o a lo mejor las soñè y las tomo como real. Què se yo.Soy influenciable.
Y adopto todo lo que haga nacer drama.
Me gusta llorar por pérdidas de cosas que ni siquiera tuve.
Sos cosa, sos un objeto, los libros son los ùnicos sujetos.
Aunque sos la cosita màs deseable.
A la noche,casi madrugada, me tapa la puesìa,
los diàlogos se pegan en el techo
como constelaciones.
Y me hablan, y me dicen que
nosotros somos poesìas rotas habitando desencuentros premeditados.
No nos necesitamos. Ya somos. Ya crecimos. No tenès idea de nada, Pienso en eso.
Y el corazòn se vuelve estòmago revuelto.
Lo dejaste empachado de emociòn.
jueves, 22 de diciembre de 2016
.
el àrbol abrazò fuerte al ladrido del perro
que quedò exhausto por rendirse fàcil;
de esa manera entrò una rana a la casa. la puerta fue extorsionada por el verano
sembrando terror en el cuerpo.
miedo absoluto.
un sùper miedo, el màs grande de todos,
incluso màs terror que volver a verte o el que nace por cualquier escena de pelìcula sangrienta.
aunque el gesto de defensa corporal serìa el mismo:
taparme los ojos para no ver lo que es evidente que ocurrirà.
que quedò exhausto por rendirse fàcil;
de esa manera entrò una rana a la casa. la puerta fue extorsionada por el verano
sembrando terror en el cuerpo.
miedo absoluto.
un sùper miedo, el màs grande de todos,
incluso màs terror que volver a verte o el que nace por cualquier escena de pelìcula sangrienta.
aunque el gesto de defensa corporal serìa el mismo:
taparme los ojos para no ver lo que es evidente que ocurrirà.
martes, 20 de diciembre de 2016
edgaralan
Ajam, ajam,
estuve realizando ejercicios para ser positiva.
No funcionaron ( màs que obvia la aclaraciòn)
pero despuès reaccionè que sì.
vivo sin destiempos, demasiado ansiosa porque ya se còmo deben resolverse las cosas.
y vos ahì, rìgido. onda piola. ignoràndome.
genial.
porque algo en comùn con la desesperaciòn es
detestar las esperas.
palmada en el glùteo.
seguir como si nada.
y hacer gestos a tus espaldas
se entendiò bien:
todo viene con retardo a lo que ya quise antes.
me aburro ràpido cuando llega porque lo querìa en otro contexto. un finde es suficiente para descartar los arcoiris del corazòn que podrìan llegar despuès. Cualquiera las no reacciones.
Cuasi conclusiòn: si Pàvlov no funciona en una mìsera charlita,
menos efectivo serà si intento comentar a los gritos detalles del recital
a cualquier parte de tu cuerpo.
las piernas serìan ideales,
mejor
voy al pogo.
entendì que para vos
ahora
casi que
es
tarde.
y memorizo los gestos y cuento cuàntas veces hacès el tic
aunque no oiga
traslado el tic de ayer al momento presente.
ahora, volvì a estar preocupada.
Estoy actualizando las memorias de un no dìa
donde corrì de la mano de un libro
y el otro
se puso celoso.
Era Poe, era èl.
En otra versiòn.
Bastante bicoco en su ediciòn.
pero igual lo quise fuerte.
Se puso celoso de sì mismo.
yo :ausente
èl : ego
o cualquier cosa para no hacerme cargo que ni cabida a que lo lea
y lo cite
y lo piense
y lo agregue de amigo al caralibro.
sigo evaluando...
*te està reemplazando*
*què miedo que me dejes de gustar*
estuve realizando ejercicios para ser positiva.
No funcionaron ( màs que obvia la aclaraciòn)
pero despuès reaccionè que sì.
vivo sin destiempos, demasiado ansiosa porque ya se còmo deben resolverse las cosas.
y vos ahì, rìgido. onda piola. ignoràndome.
genial.
porque algo en comùn con la desesperaciòn es
detestar las esperas.
palmada en el glùteo.
seguir como si nada.
y hacer gestos a tus espaldas
se entendiò bien:
todo viene con retardo a lo que ya quise antes.
me aburro ràpido cuando llega porque lo querìa en otro contexto. un finde es suficiente para descartar los arcoiris del corazòn que podrìan llegar despuès. Cualquiera las no reacciones.
Cuasi conclusiòn: si Pàvlov no funciona en una mìsera charlita,
menos efectivo serà si intento comentar a los gritos detalles del recital
a cualquier parte de tu cuerpo.
las piernas serìan ideales,
mejor
voy al pogo.
entendì que para vos
ahora
casi que
es
tarde.
y memorizo los gestos y cuento cuàntas veces hacès el tic
aunque no oiga
traslado el tic de ayer al momento presente.
ahora, volvì a estar preocupada.
Estoy actualizando las memorias de un no dìa
donde corrì de la mano de un libro
y el otro
se puso celoso.
Era Poe, era èl.
En otra versiòn.
Bastante bicoco en su ediciòn.
pero igual lo quise fuerte.
Se puso celoso de sì mismo.
yo :ausente
èl : ego
o cualquier cosa para no hacerme cargo que ni cabida a que lo lea
y lo cite
y lo piense
y lo agregue de amigo al caralibro.
sigo evaluando...
*te està reemplazando*
*què miedo que me dejes de gustar*
jueves, 15 de diciembre de 2016
- te aviso-
Le
puso cinta adhesiva al timbre y se fue corriendo hasta que tropezó y
se dio las emociones contra un árbol que estaba haciendo la fila de
retiros en el puesto de panchos.
Jadeó,
agarrándose la parte media del pecho, sonriendo y pestañeando
pausado. Al corazòn no lo sentìa, porque hace rato que lo lleva en
el lugar de los riñones, es asì como lo siente màs còmodo cuando
se tumba de panza en el pasto.
Empezò
a caminar y comprò en el supermercado: una bolsa de aire melòn; un
agite poco convencional (que te va a convidar porque es re
adrenalinico); medio kilo de recuerdos bastantes confusos y un
tarrito de tinta china sabor helado crema del cielo.
De
repente pensò en disimular y volver a pasar por la puerta de tu
casa, para mirar què pasaba con la cinta. Pero se acordò que los
criminales vuelven a la escena del crimen para satisfacerse de su
obra y eso era lo que los delataba; entonces, volviò al supermercado
para comprar tres cuarto de paciencia.
Despuès de hacer un combo y
relinchar tipo caballito que se despierta de la siesta porque le tocò
lavar la ropa de toda la caballeriza -ademàs de cocinar-, recapacitò
que la verdad no daba. A ella no le sumaba en nada verte. No era para
tanto. Porque despuès de bolsear el aire melòn, empezò a imaginar
el gesto que tendrìas al darte cuenta de la acciòn, de lo que habìa
pasado.
Supuso
que harìas un par de gestos con ademanes tìmidos, exagerados, el
pelito sin definiciòn de peinado y el tic controlado. Despuès
imaginò lo que dirìas, y se enojò con ella misma. Seguro que
pensarìas que era una broma de los guachines del barrio o algo de
eso. Algo positivo. Algo como ternural y que despuès de todo no te
molestarìa en absoluto y ella se habìa tomado la tarde de trabajo
sòlo para hacerte una maldad.
Tenìa
que reflexionar y hacer otra cosa para molestarte. No querìa volver
a soñar con otro fracaso.
Despuès
me enterè que el àrbol, aunque ella no lo dijo ni lo querìa
difundir, bueno, el àrbol le propuso tirarse sobre el techo de tu
casa. Pero eso era para suicidarse. Y ella no querìa que el àrbol
se suicidara; no porque estuviera en contra del suicidio o de una
especie de eutanasia colectiva (porque implicaba podarlo un toque
antes); se encontrò en una encrucijada o eso que le dicen karma o
cualquier cosa para no justificar que cuando una quiere ser jodida es
jodida y punto. Listo. Bueno. La cuestiòn es que era buena esa
propuesta: romperte la casa y dejarte un beso con labial fucsia en
las paredes de la cocina, asì combinaba un poco con los cubiertos. Y para que te dieras cuenta que habìa un poco de amor en esos besos, que fueron pensados; que el rechazo es triste pero necesario manifestarlo un poco dulce.
Y
ademàs todos se sorprenderìan ¿un arbol acà?
Pero
no, le dijo que no al àrbol, que no lo iba a ayudar, porque habìa
donado un extra a greenpeace para que se continúe la campaña para
proteger los bosques nativos. Pero bueno, la vida es eso tambièn,
paradojas y contradicciones de las que no podemos escapar.
Entonces.
Despuès de todo.
De
la espera
De la
realidad que no gustàs de ella.
De los
diàlogos imaginarios.
De los
secretos que no pudo decirte.
De las
fotos que no te va a poder mostrar
De las
anècdotas que no te va a poder contar,
ni
mostrarte un poco de ese pasado que tuvieron en comùn....
Y
cuando reflexionò todo eso,
de
un no abandono pero sì rechazo colateral, le estallò un vaso
sanguìneo y el corazòn se le fue a la cabeza de toque. Le
chorrearon palabras desde los poros y unas citas de escritores desde
los oìdos. Esas citas estaban vestidas con botas para la lluvia. Asì que imaginate. El cerebro llenos de guiones teatrales.
Y ahì.
Con toda esa escena. Me fui.
Pero escuchè algo.
Ella , ella,dijo que sì.
Asì
que espero que te vayas de vacaciones.
Porque
un àrbol te va a romper la casa. Y no quiero que estès ahì.
lunes, 12 de diciembre de 2016
......
Una
amiga habìa dicho que antes de dormir piense en una luz violeta y
cuando estaba, o en su defecto sintiera, una paz interior, pida un
ùnico deseo por ùnica vez.
Y la
verdad, pensè en vos, pero no sabìa en què forma pedirte ¿còmo
es la manera en que te tengo que desear?
Otra
amiga dijo que tenìa que de verdad creer en esas cosas, y me explicò
que (aunque era por un tema del trabajo) tenìa que imaginar una luz
rosa en el corazòn de la persona con la que voy a pedir el deseo, el
deseo mismo ¿se entiende? Que piense tal cosa, que reacciona de tal
otra; si era mi energìa poderosa el otro al que le veo la luz rosa
harà las cosas a mi favor.
Y la
verdad, volvì a pensar en vos, pero ni ahì en una luz, sino en un
tul enorme rosa con brillos bordados, salièndote de los brazos,
porque a tu corazòn lo cubren unos vellos que de verdad medio que no
me dejan concentrar en imaginar algo suave o tènue o energètico.
Pero
tampoco supe còmo desear ¿ y desear què de vos?
En
màs, si no estoy enojada, pero tampoco dolida, ni decepcionada, ni
sorprendida, sì un poco màs ensimismada reflexionanado por què te
acomodè el pelito y te dije que sos lindo, ahora lo sabès y no tengo dònde huir para que no me veas; porque despuès de ese dìa,
algo de mi se fue lejos y la angustia no perdiò el tiempo para
empezar a masajear el cerebro que estaba en forma de algodòn de
azùcar. Ahi es cuando aparece la pesadilla del huracàn y los
vientos fuertes con el ùnico propòsito de partir a las oraciones
que se tiran en el techo de un hospital, huyendo miedosas. Que no las
use otra vez, se quejan.
Y yo
estoy dudosa. Ya enviè un par de palabras, estilo pelotòn, llenas de excusas,
hacièndolas pasar por superadas, aunque en sì mismo era sòlo
combinar un gracias y alguna bobadita màs. Pero no.
Fue
todo una cosa enredada, inentendible en lo que de verdad
significaban. Una obviedad.
Incontestable.
Nada.
Unas
idiotas esas oraciones que se mandaron y yo màs, por no saber controlar
la escritura.
Por
suponer y pensar cuando estaba bastante fumada, que a lo mejor
tambièn querìas abrazos medios deformes y torpes. Un poco esponjas.
Onda ser una garrapata humana absorbiendo todo lo increìble de vos.
Y
tambièn, y lo peor de todo, por suponer que querìas verme para que te diera besos sabor
multifruta a punto de vencer; besitos sin astato, sin conservantes,
sin agregados quìmicos. Algo asì como insoportables porque hubiesen
querido ir por toda tu espalda.
O
puede ser que querìa encontrarte, para tener la oportunidad de
sacarte libros.
O
para cambiar el dial de la radio. Poner cassetes;
O
regarte las plantitas.
O
para que te dejes mirar sin que me ponga colorada, buscando esas
excusas y movimientos frustrados en llegar; porque de lejos no
distingo. Pero te reconozco el tranco y con eso alcanza para deducir
tus gestos.
Y un
montòn de cosas màs.
Me
queda, gracias al intento fallido de las palabras por encontrarte, el recuerdo de la
calle pasillo, de diarios no entregados, de zapatillas agujereadas,
y, lo màs importante, que tengo que suicidar un rato a la
imaginaciòn para no
,
la poesìa naciò para destrozar al cuerpo
y vos para herir la carne expuesta.
si tuviste la sensaciòn en la piel, de una ola que te arrastraba y al salir de ella
buscaste desesperado un punto de orientaciòn,
asì es como estoy despuès de ahogarme en tu rechazo.
es exagerada la comparaciòn, siempre pesimista,
sin creer en soltar ni en que fluya.
se activan las acciones para que las palabras sean sutiles...
ni eso..ni con eso...
no hubo forma que el cerebro leudado
se calme.
soy bàsica,
no tengo nada que ofrecer,
una cachetada tremenda de realidad cuando te vi
y como siempre la Biblioteca calmàndome, los libros llamàndome.
las poquitas ilusiones de abrazarte las mandaste a a andar en bicleta decorada como en la primavera...
tuve que escribir toda la semana,
mientras la ciudad me respiraba y yo la exhalaba ...
sos mucho para mi,
no puedo dejar de evitar lo que es.
(y aceptar que las oraciones ausentes
arropen los dìas que quedan)
y vos para herir la carne expuesta.
si tuviste la sensaciòn en la piel, de una ola que te arrastraba y al salir de ella
buscaste desesperado un punto de orientaciòn,
asì es como estoy despuès de ahogarme en tu rechazo.
es exagerada la comparaciòn, siempre pesimista,
sin creer en soltar ni en que fluya.
se activan las acciones para que las palabras sean sutiles...
ni eso..ni con eso...
no hubo forma que el cerebro leudado
se calme.
soy bàsica,
no tengo nada que ofrecer,
una cachetada tremenda de realidad cuando te vi
y como siempre la Biblioteca calmàndome, los libros llamàndome.
las poquitas ilusiones de abrazarte las mandaste a a andar en bicleta decorada como en la primavera...
tuve que escribir toda la semana,
mientras la ciudad me respiraba y yo la exhalaba ...
sos mucho para mi,
no puedo dejar de evitar lo que es.
(y aceptar que las oraciones ausentes
arropen los dìas que quedan)
lunes, 5 de diciembre de 2016
Domingo con el color de los Tilos.
Hay
pedazos de diarios que estàn hablando de forma tibia,
mientras
los rollitos de la càmara se velan e impactan con la luz del dìa.
El
paisaje no sale, y resulta heroico còmo las palabras se ofrecen,
contestando
con
muerte,
sin moverse,
esperando tranquilas para abrir dolores en los
ojos exiliados de la biblioteca.
Punto
y aparte: estàn sonando las voces en forma de coro bàsico,
queriendo seducir a
los charangos que no estàn en su contexto.
Se nota la incomodidad en
sus cuerdas.
Es,
incluso gracioso, como los dedos estàn pellizcando el antebrazo por
distracciòn,
porque
no hay lògica alguna de estar ahì. Observando sin distinguir.
Se
recuerdan las salidas cotidianas: el kiosco de diarios y revistas, derivando en
el almacèn de barrio que es màs barato aunque a la dueña siempre
le duele algo. O despuès de salir del cajero del Banco Provincia,
mirar por detràs de los marcos de anteojos en exposiciòn
¿estarà
Paulita para que vaya a casa a escuchar mùsica,a hablar de
narrativas simples que las complejizamos, a darnos el gusto de las pringles con mostaza y que me diga que siempre busco el lado pesimista de todo?
No
hago foco. Pero por las dudas levanto la mano en gesto de saludo.
Sigo
y la plaza con su vereda nueva pero toda rota por las raìces de los
àrboles quiere hacerme tropezar,
no
salgo invicta, pero no sorprende el desenlace. A nadie.
Aprendì
a comunicarme con la Luna mientras la calle cortada seducìa con
puestos de libros; a detallar muchas cosas sobre los otros, otrxs,
otres, o sobre mi. Cuestiones lindas, armoniosas,
que
la velocidad de la mente,
aunque siempre intentaba trabar las
oraciones y romper la coherencia de lo que decìa, se evaporò en la
sordera; pero para quedar bien fingì sonrisas asintiendo a cosas que
seguro estaban bien.
Confianza,
creo que es eso.
O
boludismo de que todo lo que decìa, dirìa, era increìble. Todo
cierto.
la estupidez de relegarse a un otro.
la linda bobada.
sì, sì....què se yo... dame un beso.
La
ansiedad se fue a descansar. No hubo resaca de dolor.El tachero, baja la ventanilla y
paseamos en el taxi por todo nueve, sintiendo el aire re tibio (pensè
en tès, què lindo un tecito con alguien). Hablamos del tiempo,
tìpico: si llueve, que refresca, que què linda noche.... Sì. Esas charlas que se piensan que son copadas para socializar.
Se cortò ese mambo.
Por
suerte tenìa agendita nueva, si bien no eran cuadriculadas las hojas
la llevè.
Tuve todas esas hojas para escribir con frases que memoricè. “Por favor señor taxista, frene, necesito anotar unas
ideas antes que se vayan o pierdan la forma original, ademàs de una
fotografìa del territorio por donde pasè con miedo a que me roben”
Y pensè, bah, què se podrìan haber llevado.
Anotè
meticulosa mientras el taxista me decìa que se llamaba Raùl o Saùl,
o que ninguno de esos nombres tuviera,
porque
cuando reaccionè me estaba relatando de las fotos de sus suegros que
tenìan en un baùl.
Aunque,
en un momento le preguntè què pensaba o què era el amor para èl,
ya que trabajaba de noche,
què
le decìa su compañera, còmo se sentìa.....
Y
creo que de a poco reaccionè de la voladura espacial a base de una
alucinación, y el tachero estaba preguntándome por què le
preguntaba esas cosas.
Le
dije que necesitaba saber si alguien creìa en el amor.
Y
largamos risitas.
Como
compartiendo una complicidad en horarios que sòlo amantes que se
ocultan prefieren
lamer.
Y
entonces supongo que no se llamaba Raùl, ni Saùl, ni tampoco
mencionò
a un baùl.
El
dijo “aùn” como en ecos.
Èl
me decìa aùn, entre suspiros.
Creo.
Le
dejè propina. Que quiso devolver. Entonces le expliquè que el
valor de la plata que le dejaba no tenìa comparaciòn con todo lo
que me divertì.
Fue
la continuidad de un viaje que naciò baldeando pisos lavandinosos,
descartando ropas, bailando en la calle, tocando timbres. Usurpando
camas.
Me
quedo con el aùn de Raùl o Saùl.
Con
el imaginario de un tè.
viernes, 2 de diciembre de 2016
...
Como todos los finales que nunca comenzaron en nada,
de este en particular, tengo el registro en un cuadernito.
detalle a detalle.
incluso hay pegado un billete de vuelto; " dos besos" dice,
porque a la P de pesos la convertì en B de Besos.
y justito:
"hola"- un besito lindo-
"chau" " nos vemos" - un besito torpe, incoordinado-
Total: dos besos. Vuelto: dos pesos.
La uniòn total del encuentro: un billete que vale dos besos.-
Porque al amor, cuando lo siento, siempre le encuentro una lògica.
Es asì, tu ausencia/silencio/huìda/apatìa hacia mi lo dice todo.
Lo entendì y lo llorè.
Por eso, cuando pensaba cerrar el cuadernito, meditè el incendiarlo.
pero no existe fuego que pueda lograr,que mis letras te desquieran.
exagero. siempre lo hago.
y a lo mejor tambièn,
estè mintiendo un poco.
de este en particular, tengo el registro en un cuadernito.
detalle a detalle.
incluso hay pegado un billete de vuelto; " dos besos" dice,
porque a la P de pesos la convertì en B de Besos.
y justito:
"hola"- un besito lindo-
"chau" " nos vemos" - un besito torpe, incoordinado-
Total: dos besos. Vuelto: dos pesos.
La uniòn total del encuentro: un billete que vale dos besos.-
Porque al amor, cuando lo siento, siempre le encuentro una lògica.
Es asì, tu ausencia/silencio/huìda/apatìa hacia mi lo dice todo.
Lo entendì y lo llorè.
Por eso, cuando pensaba cerrar el cuadernito, meditè el incendiarlo.
pero no existe fuego que pueda lograr,que mis letras te desquieran.
exagero. siempre lo hago.
y a lo mejor tambièn,
estè mintiendo un poco.
jueves, 1 de diciembre de 2016
...
estaqueada
despuès de espiarte demasiado.
de la caja toràxica sale el corazòn:
està convertido en un masacote de cuelgues,
se transformò en plàstico finito.
el pecho agujereado, rinocerontes que asoman
los cuernos lustrados; burlàndose de la mala suerte
de los elefantes convertidos en teclas de piano.
lejos
nada
todo tijereteado
las sogas son fuertes
el sol quema,
entonces se cocinan los suspiros.
despuès de espiarte demasiado.
de la caja toràxica sale el corazòn:
està convertido en un masacote de cuelgues,
se transformò en plàstico finito.
el pecho agujereado, rinocerontes que asoman
los cuernos lustrados; burlàndose de la mala suerte
de los elefantes convertidos en teclas de piano.
lejos
nada
todo tijereteado
las sogas son fuertes
el sol quema,
entonces se cocinan los suspiros.
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